El peeling es un tratamiento dermatológico que consiste en la aplicación tópica de un preparado químico capaz de provocar una destrucción limitada y controlada de las primeras capas de la epidermis, (llamadas células muertas) y la dermis.
El peeling se usa para mejorar el aspecto de la piel dañada por el sol, disminuir arrugas, mejorar cicatrices de acné o varicela, y decolorar o eliminar manchas. Dependiendo del poder de penetración de la sustancia química se eliminarán más capas de piel. A mayor profundidad, mayores efectos pero también más riesgos. Se emplean sobre todo en la piel de la cara. El tratamiento consiste en hacer un tramamiento domiciliar antes y después del peeling y de una a 4 sesiones de tratamiento de cabina; el peeling propiamente dicho; según se desee conseguir resultados.
La recuperación es de 1 a 2 días con los peelings más suaves hasta 1 mes con los más intensos.
Esta técnica se puede combinar muy bien con Botox y acido hialuronico, contribuyen a mejorar el aspecto y la juventud de la piel.