Ronny de Souza | Cirujano Plástico especializado en belleza

OTOPLASTIAS

Muchas personas nacen con las orejas fuera de lo “normal”, es decir, muy grandes o muy abiertas, siendo frecuentemente motivo de burla. Con una cirugía que no toma más de una hora, se puede corregir este defecto. Lo ideal es operar al niño antes de entrar al colegio, ya que la oreja ha terminado de crecer y para que esto no sea motivo de burlas, sobre todo para evitar cualquier trauma psicológico en él. Las cicatrices quedan detrás de la oreja, por lo que son invisibles. El tiempo de recuperación es corto y no muy doloroso, y el beneficio tanto estético como psicológico es muy grande. La herencia familiar es la causa de que un niño tenga las orejas grandes y sea motivo de burla, y esto, aunque tonto que suene, puede traer grandes problemas en el desarrollo psicológico del niño.

Esto no quiere decir que un adulto no se pueda someter a esta cirugía. En los niños, se tiene que realizar con anestesia general; el procedimiento dura unos 60 minutos, luego de lo cual sale vendado. El postoperatorio no es doloroso, pero hay que cuidar que el niño no se esté tocando las orejas. Las cicatrices quedan detrás de las orejas, imperceptibles. Los puntos se retiran a los 8 o 10 días, momento en el cual el niño puede volver a su actividad normal. Los resultados se ven desde que se retira el vendaje y luego de 2 meses se obtiene un resultado definitivo. Por lo general, no hay hematomas, aunque sí un poco de edema. Finalmente, el niño tendrá una nueva imagen bajo la cual no podrá seguir siendo motivo de burlas y traumas psicológicos.

A un adulto se le puede operar con anestesia local y de forma ambulatoria, pudiendo realizar su rutina normal al día siguiente con la salvedad de no realizar esfuerzo físico.